sábado, 29 de diciembre de 2007

La dignidad pendiente II

Aunque parezca cursi, fuera de lugar o ridículo, una parte de la ética esta referenciada al concepto de compasión, pero no debe entenderse el concepto de compasión con el de impunidad.

Traído esto a colación de la dignidad, porque el otro día un amiguete me hizo llegar la siguiente fotografía





Por lo visto era un homenaje póstumo a un muchacho que falleció a los 19 años, es uno de los mejores graffitis que he visto en mi pueblo; el propio autor del graffiti ni siquiera lo firmó por respeto al difunto.

Aplicando la ley realmente si no se ha pedido permiso para pintarlo al ser un espacio público la administración legalmente puede destruirlo, y así lo hizo.

A esto quisiera referirme a la dignidad de obrar; el pueblo en el que vivo hay muchos graffitis, que consisten en simples borrones. El lugar en cuestión no se había convertido en lugar conflictivo, muy probablemente haya sido el mejor homenaje que el muchacho haya recibido en su vida, que ni siquiera pudo disfrutar.
Me viene a la mente los versos que decía.


¿Quiénes son aquellos? Que
Ni a los vivos dejan vivir
Ni a los muertos descansar

En estas estamos.

2 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

Interesante reflexión, Rubén.
Cuando tengo problemas para acotar un concepto intento pensar en su contrario. En este caso sería "indigno". Parece que lo que es indigno de alguien es aquello que degrada su condición. ¿Pero cuál es la condición natural del hombre? ¿Existe algo así como un grado cero de la dignidad y de la indignidad? Parece que no, porque siempre hay expectativas sobre lo mejor y miedos sobre lo peor. Digamos, por tanto, que es digno todo aquello que nos orienta hacia lo mejor. ¿Pero qué es lo mejor?

Ruben dijo...

Gracias por tu interesante aportación Don Gregorio

Por otro lado intentaré estructurar mejor este post.

saludos muy cordiales

Ruben